Dioses, creencias y neuronas es el último libro de Ramon Maria Nogués publicado por Fragmenta y el primero en que el veterano catedrático de biología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y escolapio dedicó al estudio de los fenómenos religiosos. El autor polemiza tanto con los sectores laicistas que consideran el hecho religioso como científicamente irrelevante, como con los sectores eclesiásticos que pretenden monopolizarlo.

Catedrático de biología de la UAB y muy conocido por la profundidad de sus planteamientos críticos en relación con el sistema eclesiástico, Ramon Maria Nogués (Barcelona, 1937) no había dedicado hasta este libro ninguna de sus obras anteriores a temas relacionados con la religión, a pesar de ser autor de numerosos artículos sobre ello. El libro fue publicado inicialmente por Fragmenta en catalán, justo al principio de su andadura editorial, respondiendo a la invitación de formular por escrito su pensamiento sobre las relaciones entre ciencia y religión.

El libro pretende ser, como dice el propio autor en el prefacio, «un homenaje a la religión bien constituida y un antídoto contra la religión degradada. Una manifestación religiosa digna, culturalmente compatible e intelectualmente cualificada puede ser un referente interesante y sugerente del eterno y difícil vislumbre de Dios.» A lo largo de los doce capítulos del volumen —cuya lectura no exige conocimientos especializados previos— el autor trata temas tan diversos como el papel del cerebro en la experiencia religiosa, las situaciones fronterizas entre la mística y la patología, el estatuto científico de la religión, la crítica excesiva de la religión, el valor evolutivo de las creencias, las aportaciones más recientes de la neuroreligión, el desafío del pluralismo religioso, el contraste entre espiritualidad y religión, los discursos religiosos sobre la sexualidad, la discriminación religiosa de la mujer y la institucionalización de lo sagrado. Aunque la relación ciencia-religión es ya un tema clásico, no es muy corriente que adopten una postura alejada al mismo tiempo de posiciones apologéticas en uno u otro sentido. En esta línea, Nogués defiende «un nuevo estilo cultural de plantearse el tema de la trascendencia lejos de las inútiles peleas entre clérigos con vocación de control por un lado, y ateos militantes preocupados por parar los pies a los clérigos por otro.»

Una de las aportaciones más relevantes de Ramon Maria Nogués es la introducción en España de la neuroreligión, una disciplina científica plenamente homologada internacionalmente pero que en nuestro contexto ha pasado prácticamente desapercibida. Nogués analiza las correspondencias neurológicas de las experiencias de trascendencia, en la búsqueda de la base neural de la religión. El libro divulga las investigaciones más relevantes en este ámbito, como las de Edward O. Wilson, padre de la de la sociobiología. También da a conocer los registros neurológicos en actividades religiosas, como por ejemplo los registros efectuados en monjes zen en actividades de interiorización. Así, Nogués destaca que estudios precisos en practicantes de técnicas de meditación «presentan una reducción clara del cortisol circulante correlacionada con la disminución de actividad del sistema vegetativo simpático, responsable de la activación general del organismo», lo que «indicaría una acción benefactora de las actividades meditativas bien planteadas en la fisiología general».

El libro polemiza directamente con determinadas concreciones históricas de la religión y es especialmente incisivo al juzgar el tratamiento de la sexualidad y de la mujer por parte de las religiones, a cuyo tema dedica el capítulo «Sexo, género y religión». Nogués destaca que el Nuevo Testamento no contiene indicaciones concretas sobre la sexualidad, y que las que históricamente han dado los eclesiásticos son fruto de «la contaminación de ideas y prácticas paganas» y del «afloramiento de las actitudes de miedo o asco por el sexo que podrían haber nacido en el subconsciente de muchas figuras eclesiásticas, […] que en este punto o bien menospreciaban o que habían decidido no vivir —quizás para hacerlo más justificable— o simplemente eran víctimas de miedos ancestrales».

Publicado en catalán en 2007, ha sido traducido hoy al castellano y sale a la luz dentro de la colección Fragmentos, que ha empezado en 2011 publicando textos originales y traducciones para el mundo hispanohablante. El autor ha continuado su reflexión en el nuevo volumen Cervell i transcendència (Fragmenta 2011), en catalán, que será traducido también próximamente en castellano.