San Lucas es el autor del tercer Evangelio y los Hechos de los Apóstoles, dos obras que en realidad constituyen un único libro y en las que describe los orígenes del cristianismo. Aunque se ignoran muchos detalles de su vida, se cree que nació en Siria y que fue discípulo de San Pablo. Sus escritos suelen ser fechados alrededor del año 70 d.C. A partir del contenido de sus obras, se ha llegado a la conclusión de que Lucas acompañó a San Pablo a lo largo de su vida dedicada a la enseñanza y la predicación. Su evangelio, escrito en lengua griega, relata la predicación y los hechos de Jesús, a pesar de que afirma que no fue testigo directo de sus obras. Las primeras referencias a Lucas las encontramos en las epístolas de San Pablo, en las que se lo cita como “colaborador” y como “querido médico”. En Hechos de los Apóstoles, Lucas recopiló los acontecimientos más importantes de la vida de los apóstoles y el nacimiento de la Iglesia en un marco geográfico y temporal bien determinados. Principalmente, destacó la misión de los apóstoles por llevar la salvación a la población, mostrando la universalidad del mensaje de Cristo. Lucas aparece acompañado por San Pablo en su segunda misión, en el viaje que realizó de Troas a Filipos. Tras permanecer en esta ciudad durante seis años, volvió a acompañar a San Pablo en un viaje a Jerusalén, y nuevamente cuando fue conducido como prisionero a Roma.

Se le considera tradicionalmente médico de profesión, además de ser un escritor de inmenso talento y un meticuloso historiador. Según la tradición, San Lucas fue el primero en estampar en un lienzo el rostro de la Santísima Virgen gracias a sus dotes para la pintura. Por esta razón, sumada a la riqueza de las descripciones que hace de la Virgen, se le ha llamado también el “Pintor de María”.

Se cree que murió en Beocia (Grecia). Actualmente sus reliquias se encuentran en la Basílica de Santa Justina, en Padua (Italia). San Lucas es representado popularmente por el ternero o el buey, y es considerado Patrón de médicos y artistas.